Su nombre significa “Lugar del asiento encorvado”, se deriva del náhuatl Kom-ikpas.
La historia de este lugar se remonta a la época prehispánica. No se sabe en qué fecha se fundó pero se cree que fue en el 1540, ya que se fundó antes de Yecuatla, según un documento don Luis de Velazco virrey de la nueva España.
El municipio de Colipa comprendía los municipios de Vega de Alatorre y Juchique de Ferrer, hasta 1868, cuando se crean estos municipios.
Las tierras que conformaban el municipio fueron compradas por los indígenas a los herederos de Juan López Meilán, en 1767.
Se encuentra en la zona centro montañosa del estado y se distancia de la capital del estado por 45 Km.
Tiene una superficie de 129.62 km2 que representa un 0.20% del total del estado. Su clima es cálido-regular, con una temperatura promedio de 22.4 grados Celsius y con una precipitación pluvial media anual de 1671 mm.
Su flora es de bosque mediano o bajo subtropical perennifolio con especies como el chancarro o guarumbo, jonote, guanacaxtle y sangreado; y se desarrolla una fauna compuesta por poblaciones de conejos, armadillos y ardillas.
Entre sus puntos turísticos se encuentran el río Colipa, El Cerrito -lugar recreativo desde donde se obtiene una vista panorámica de toda la cabecera municipal-, El Arenal -lugar propio para excursiones-, Balneario -lugar de concentración turística por contar con servicio de hospedaje-, y Bosques.
En este municipio hay fiestas del 2 al 6 de octubre, en honor a San Francisco de Asís; el 1 y 2 de noviembre, que se festejan a Todos los Santos y Fieles Difuntos.
Tiene una música característica: el corrido de Colipa, la cual es una composición musical realizada por Santiago Cancela García.
Entre sus artesanías se encuentra la elaboración de comales, mangas de hule y bordados en cinturones de piel.
Sus platillos más representativos son el mole, los tamales, la barbacoa, el pipían y las acamayas en chiltepín.