El municipio más místico del estado. Su nombre proviene del náhuatl y quiere decir “Lugar de las casas quemadas”, de Calli, “casas” y Tematli “quemar”. Este nombre pudo haberse recibido debido a los efectos de la erupción del volcán San Martín.

En el siglo XVI este municipio pertenecía a la provincia de Santiago Tuxtla pero al consumarse la Independencia se constituyó una municipalidad, limitando con Mecayapan.

El 25 de mayo de 1881, el pueblo de Catemaco, del Cantón de los Tuxtlas, se eleva a la categoría política de villa.

Este municipio se encuentra en la sierra de Los Tuxtlas, en la zona sur del estado, a 220 km en carretera de la capital Xalapa.

Tiene una extensión territorial de 659.21 km2, lo que representa un 0.98% del total del estado. Su clima es cálido-húmedo con una temperatura promedio de 23 grados Celsius y una precipitación pluvial media anual de 1900 mm.

Este lugar recibe aguas de los ríos San Juan Michapan, Comoapan, San Andrés y Grande; también cuenta con una albufera en Sontecomapan, un lago y 12 pequeñas islas en su interior.

Su vegetación es bosque alto tropical perennifolio donde hay especies como el sombrerete, palo de agua, cedro, hule, ojite, palma real, ojuela, marayo y rabo lagarto; y se encuentran poblaciones de ardillas, armadillos, conejos, comadrejas, mapaches, búhos, calandrias y cardenales.

Su riqueza natural son minerales como el oro, plata, zinc y bancos de materiales. También sobresalen las maderas preciosas.

Sin duda su celebración más representativa es la de El Día del Brujo, que se celebra el primer viernes del mes de marzo.

Sus pobladores tienen una herencia mística del pueblo olmeca, de ritos y tradiciones esotéricas y un amplio conocimiento de la medicina natural, misma que los ha caracterizado a través de los años como «la tierra de los brujos”.

En cuanto a su música, la tradicional es la tropical y los sones jarochos que se interpretan por la guitarra, los violines, la vihuela y el contrabajo son característicos de este municipio.

Hablando sobre sus artesanías, se encuentran el tallado de Jaranas en una sola pieza de madera, joyería con aplicaciones de caracoles y conchas de mar así como artículos decorativos elaborados con cáscara de coco y arena de las riberas de los lagos.

Su gastronomía es única y exótica; del lago se extraen especies como los topotes, tegogolos, anguila y la tradicional carne de chango –que en realidad es de cerdo pero ahumada-.

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